jueves, 20 de marzo de 2008

Kosovo: el último independiente

Es difícil explicarle a Claudio que en la próxima versión de Winning Eleven que he prometido comprarle en las galerías Polvos Azules, ya no podré enfrentarlo con Serbia y Montenegro. Sobre todo después que leyó un titular en la sección Mundo del diario El Comercio en el que se anunciaban las celebraciones por el primer mes de la proclamación unilateral de independencia de la antigua provincia serbia de Kosovo.

"¿Qué es Kosovo?", me preguntó con cara de ingenuidad. Claudio nació en los días en que la OTAN bombardeaba puntos yugoslavos, después de que Slobodan Milosevic, el carnicero de los Balcanes, con su política de limpieza étnica en la Kosovo de raíces albanesas durante la década de los noventa, provocó una cruenta guerra civil donde aproximadamente 10 mil albaneses afincados en esta región, murieron.

Los que no sucumbieron fueron desplazados. Marcharon por nuevos rumbos buscando la paz que en su país no existía. Familias enteradas. Lorik Cana era unos de esos adolescentes que no superaban los quince años que huyó junto a sus padres al paraíso fiscal de Suiza. Como su padre, el recordado Agim Cana, miembro de la "Generación de Oro" del KF Pristina (principal club de Kosovo) allá por los convulsionados años ochenta, Lorik se hizo futbolista.

Después de abrirse camino en el Lausanne Sports, fichó en el 2000 por el Paris Saint-Germain, jugando recién en el primer equipo en el 2003. Con dos notables temporadas, pasó a Olympique de Marsella. Actualmente es seleccionado de Albania. Este caso es la constante del fútbol kosovar: sus principales figuras partieron exiliadas tras la guerra y ahora defienden los colores de otras selecciones.

Sucede con Valor Behrami, volante de la Lazio, y que se nacionalizó suizo a los cinco años. También con Mergim Mavraj, defensa del Bochum, naturalizado alemán y seleccionado sub-21. O como el caso de Besart Berisha, que se refugió en Alemania, milita actualmente en el Burnley FC de Inglaterra y es seleccionado albanés. Faton Toski, que adoptó la nacionalidad alemana, juega en el Eintracht Frankfurt y ya vistió la camiseta germana en la sub-19. Y finalmente, Shefki Kuqi, adoptó la ciudadanía finlandesa, ha sido seleccionadoy es figura del Ipswich Town de Inglaterra.

En alguna ocasión a Lorik Cana le preguntaron si jugaría por Kosovo, de lograr algún día su independencia. “Ya he encontrado a mi equipo”, fue escueto, pero contundente, sin mencionar que el reglamento FIFA no permite que los jugadores migren de una selección a otra, con algunos casos excepcionales. Pero aun cuando estos jugadores no estén convencidos de abandonar sus selecciones para vestir la camiseta nacional de Kosovo, en la federación de fútbol de la ex provincia serbia están convencidos que serán admitidos en la UEFA para disputar las clasificatorias para la Eurocopa Polonia-Ucrania 2012. Fadil Vokrri, presidente de la federación kosovar y ex internacional yugoslavo, aseguró que enviará la solicitud de admisión a la UEFA y la FIFA.

Aunque es necesario el reconocimiento de Kosovo como nación independiente por parte de las Naciones Unidas, el Comité ejecutivo de la FIFA se reúne a mediados de marzo y podría analizar el caso. Por lo pronto, la federación Albanesa se ha propuesto para asistir a su homóloga kosovar en su afiliación. La realidad dice que de las veintidós federaciones deportivas que existen en Kosovo, apenas una, la de Tenis de mesa, ha logrado ser aceptada por una federación internacional. Incluso es poco probable que el Comité Olímpico Internacional admita participar a deportistas kosovares en las Olimpiadas de Beijing 2008.

Pese a ello, el apoyo de la comunidad internacional es abrumador. Más de 30 países reconocen la proclamación unilateral de independencia que hizo la provincia serbia el mes pasado, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Australia, Canadá, Colombia, Croacia, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Japón, Países Bajos, Perú, Reino Unido, Suecia, Suiza. Las voces críticas también se han dejado sentir, como la del reconocido tenista serbio Novak Djokovic: "Kosovo es Serbia y así tiene que ser para siempre".

Kosovo trata de abrirse camino en el fútbol para legitimarse como nación. Atrás quedaron los años en los que los equipos albano-kosovares que llegaban a la primera división yugoslava (apenas dos: KF Prístina en 1983 y KF Trepca en 1977, y dos más a la segunda división: KF Liria de Prizren y Buducnost de Pec) eran discriminados por las mayorías serbias y tenían que refugiarse en la Superliga kosovar existente desde 1945 (KF Pristina y KF Vëllaznimi han alcanzado el título en nueve ocasiones cada una).

Ya no habrá problemas con los visados, acuerdos entre federaciones y presiones gubernamentales e internacionales que restrinjan el desarrollo de partidos amistosos de la selección kosovar. Hasta antes del 17 de febrero apenas había sostenido siete amistosos internacionales: perdió 1-3 ante Albania en 1993, y luego 0-1 en el 2002; cayó 0-1 ante la República del Norte de Chipre y venció 3-1 a Sapmi por la Copa 50 aniversario de la Federación de fútbol del Norte de Chipre durante el 2005; ganó en el 2006 7-1 a Mónaco y 4-1 a una selección especial de Albania, y finalmente sorprendió a Arabia Saudita superándolo 1-0 en junio del año pasado.

Ahora se comenta que el primer partido oficial de la selección de fútbol de Kosovo sería ante Estados Unidos a finales de marzo. Nada está confirmado aún. Apenas se sabe que Kujtim Salja, un ex delantero del Partizán y Dinamo de Zagreb, será el nuevo técnico, encargado de escribir las primeras páginas de la Kosovo independiente. Lo que quiere decir que deberemos esperar mucho tiempo para que sea incluido en Winning Eleven. Lo único que puedo adelantarle a Claudio es que su camiseta roja y negra no se parece en nada a la que usaba Serbia y Montenegro.