miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sin chimpunes no hay paraíso

Cuesta trabajo creer que una selección no jugó un mundial sólo porque no quiso usar chimpunes. Como Dhalsim, aquel sacerdote hindú, conspicuo maestro en las artes del yoga e insólito pirómano de esputos de fuego en las peleas de Streetfighter, la selección de la ancestral India prefirió los pies descalzos a la gloria de Brasil 1950.


Este mundial talvez sea recordado como el de las deserciones. De las 29 selecciones que debían pelear por 16 cupos, apenas 13 asistieron a la fase final de la Copa del Mundo. Escocia, Francia, Unión Soviética, Bélgica, Turquía y Portugal rechazaron participar; unos por cuestiones políticas, otros por carencias futbolísticas. En América, fenómeno similar se dio con Argentina, Ecuador y Perú. Mientras que en Asia, tres de las cuatra selecciones inscritas para tentar el único cupo de este continente, se abstuvieron.

Al renunciar Birmania, Filipinas e Indonesia, India, sin siquiera jugar un partido, clasificó automáticamente al primer mundial de su historia. Hasta entonces, había jugado sólo un puñado de amistosos en 1938 ante Australia (siempre como visitante) y apenas un encuentro oficial ante Francia (1-2) en las Olimpiadas de Londres 1948.

Sin embargo, el Marahaja de la India, sintiéndose vejado, declinó la participación de su selección. El argumento de tal determinación podría pasmar a cualquiera hoy en día, pero entonces resultó comprensible. Después de interrumpirse los campeonatos mundiales de fútbol por la Segunda Guerra Mundial, la FIFA, para Brasil 1950, decidió introducir reglas tan bobaliconas como obvias para el tecnológico presente del fútbol: todos los jugadores debían llevar número en la camiseta y además jugar con botines.

La última de estas dos normas, que algunos relacionan con la influencia de la marca Adidas creada por Adolf Dassler apenas dos años antes, precipitó la renuncia de la India en febrero de 1950. Los futbolistas indios estaban acentuadamente habituados a jugar descalzos por una extraña sensación de comodidad, y entonces, era entendible que no toleraran que alguien quisiera obligarlos a participar en desigualdad de condiciones.

Desde entonces, nunca pudieron asistir a un mundial. Sus mayores logros fueron los cuatro títulos de la dispareja Copa Federaciones de Fútbol de Asia del Sur (South Asian National Football Teams): 1993, 1997, 1999 y 2005. El cuarto lugar en las Olimpiadas de Melbourne en 1956 es también motivo para el orgullo indio. En la Copa de Asia (Asia Cup), sólo han clasificado a la etapa final dos veces: en 1964 en Israel acabaron segundos y en 1984 quedaron eliminados en la primera fase.

Reciéntemente, el 29 de agosto, India, que ocupa el puesto 151 del ranking de la FIFA (agosto 2007) se pudo coronar campeón del medianamente reconocido torneo amistoso Copa Internacional Nehru, en veinticinco años de participaciones en este certamen, que, por cierto, se disputó después de un largo paréntesis de diez años. La selección india por primera vez disputó la final y la ganó superando a Siria por 1 a 0. Justamente en este torneo, Perú enfrentó por segunda vez en su historia a India (la primera fue en las Olmpiadas de Roma 1960 con triunfo peruano 3-1) en 1986, en Calcuta, derrotándola 1-0. ¿Si los indios usaron chimpunes? Esta vez sí.

http://www.the-aiff.com/
http://www.indianfootball.com/
http://www.rsssf.com/tablesn/nehru.html

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